miércoles, 9 de mayo de 2007

Cueros por Amazon.com

Mireya Tabuas



Te anuncias. Estás en venta. Toda tú, en cueros. Entera o por partes. Rebanada. ¿Me da 100 gramos de costilla, medio kilo de pechuga? Al mejor postor. Quién da más. En remate. Al mayor o al detal. A la carta. Por catálogo. Por suscripción. Envíe un email y recibirá una muestra gratis. Con la piel firme y lampiña de tus muslos, saldría un bonito bolso de mano. Con la dermis suave y blanquísima de los antebrazos podríamos hacer unos parches para el bluyín, están de moda. Con la membrana que recurre tu corazón, una armadura.

El cliente podría adquirir la piel de tu pierna derecha, por ejemplo, con el lunar de nacimiento con la forma del mapa de España y una fabulosa vista de la cueva de Altamira. Si está interesado, también puede tomar tu pie derecho, con un lunar junto al dedo meñique, a un increíble precio sólo para fetichistas. Mutile a su gusto. Self service.

Antes de que el cuero envejezca y no lo pueda atravesar la aguja del modisto. Corte sus manos y hágase con ellas unos guantes, son manos suaves, dedos largos, uñas cortas, aptas para climas fríos y desilusiones. La piel de tu espalda, resistente a los rayos ultravioleta, puede servir de sombrero para el Sol crujiente de estos trópicos. La dermis de tus nalgas, apta para el tiro al blanco, puede enmarcarla en la sala, trofeo de guerra. También, y por un módico precio, están tus dientes, tus ojos, tu cabello, que bien sirven de souvenir. Tu boca dormida se ha reservado para aquellos que no pudieron disecar una rana en el laboratorio de biología del liceo. La quebradiza piel del cuello, señuelo de navajas, puede echarse a las ratas. La epidermis larga y bronceada de las piernas es práctica para embalsamadores novatos. Con las cumbres simétricas de los senos –y la fortaleza puntiaguda de dos pezones rosados- puede fabricarse el traje del Emperador. Y en subasta de Sotheby´s, la obra mayor: tu monte de Venus, con la humedad ingenua de tu vulva y las diabluras certificadas de tus clítoris, en carne viva, por lo que se recomienda su uso –cualquiera que éste sea- de inmediato.

Comegentes, antropófagos, carnívoros, seguidores de Arwin Meiwes, el caníbal alemán de Internet, gourmets, coleccionistas de joyas, taxidermistas, anónimos desalmados. Para todos ellos aquí está tu cuerpo, desnudo, autogestionándose. Tú eres tu propia talabartería. Desarrollo endógeno.


http://elpaisdelosequivocados.blogspot.com/

2 comentarios:

SERGIO MÁRQUEZ dijo...

¿Quien da más?...

Ophir Alviárez dijo...

Decididamente creativo y real.
"Tú eres tu propia talabarteria", cuánta verdad.

Saluditos,